domingo, agosto 30, 2015

¿Creéis en el destino?

Alguna vez os habéis preguntado si ¿nuestra historia sigue los pasos escritos por alguien en un libro? ... vaya si ¿creéis en el destino?

Y es que hay a veces situaciones que vivimos en las que parece que hayan sido escritas por el mejor guionista de la serie Lost-Perdidos.

Imaginaros la siguiente situación que vivimos en las pasadas vacaciones de verano.

Nos levantamos muy temprano de madrugada, y antes que saliera el sol nos pusimos en ruta con Emeshing Junior dormido atrás. Y es que teníamos un largo viaje por delante, y todos los kilómetros que pudiéramos recorrer con el niño dormido eran kilómetros ganados.

Pues bien, como dormía y dormía, no paramos hasta la estación de servicio de Tudela. Allí decidí repostar el carburante en la estación de Repsol. Llené en autoservicio el depósito de Diesel Eco Plus (la normal), y me dirigí a pagar en la garita correspondiente. Hice algo de cola y pagué unos 40 y pico Euros.

Pregunté a la chica, que me atendió, qué debía hacer para ir hasta el restaurante cafetería para desayunar. Y como me temía, me respondió que la única manera que tenía era ir en contradirección para poder aparcar en el parking ubicado delante de la cafetería de la estación de servicio.

Mientras pensaba en cómo realizar el cambio de sentido... como tenía gran cantidad de mosquitos y otros insectos en el parabrisas, decidí limpiarlo antes de emprender la marcha. Vi que en mi cubo sólo tenía el cepillo para limpiar, así que fui a buscar en otro surtidor de gasolina del sentido contrario para hacerme con un limpiacristales para luego secar el parabrisas.

Y es que la estación de Tudela es muy curiosa porque ambas direcciones de la autopista tienen los surtidores de gasolina separados con unas pequeñas vallas para tan sólo evitar el paso de vehículos de un sentido al otro pero sí permiten el paso de personas.

Pues bien, mientras acababa de limpiar el limpiaparabrisas, Adriana me comentó que le parecía que en el coche de al lado había una chica conocida.

Entonces me acerqué al coche y efectivamente era ella, una chica que conocimos en el viaje Conchinchina's Project hace ya cuatro años. No nos habíamos visto desde ese viaje que compartimos en buena parte, y al vivir en diferentes ciudades tampoco mantuvimos el contacto. Pues bien cosas del destino hicieron que nos reencontraramos en una gasolinera a las afueras de Tudela cuando nosotros nos dirigíamos a León y ellos del País Vasco a Alicante...

Estoy convencido que nos encontramos por alguna razón...

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